Primera exploración a pata del Camino de las Mulas. DÍA 1.

Fue una tarde de setiembre u octubre del 2017 mientras tomaba café en el Instituto Costarricense de Enseñanza Radiofónica, ICER.  Había trabajado en esa estimada institución por casi treinta años, aunque contaba ya los días que me faltaban para jubilarme.

Estaba sentado a la mesa con algunos compañeros cafeteros; y como me quedaba poco tiempo para salir convertido en un feliz hombre jubilado, uno de ellos me preguntó qué pensaba hacer en cuanto me pensionara.

Rápido le respondí que quería inaugurar mi nuevo ciclo de vida -según creía en ese momento- con una vuelta por España, Portugal y Grecia. La tal vuelta no se dio pero esa es otra historia.

Recuerdo que también agregué que antes de ir a Europa deseaba recorrer el viejo Camino de las Mulas.

De inmediato me volvieron a ver mis contertulios con pregunta urgente incluida: ¿Qué es eso? ¿Dónde queda el Camino de las Mulas. 

Les dije que en el pasado hubo varios Caminos de las Mulas y que aún existen algunos restos en el país. Uno de ellos discurre entre montañas por Acosta a salir a Parrita. Al igual que los otros se llamó Camino de Mulas porque esa vía fue usada para exportar mulas desde el Valle Central hasta Portobelo en Panamá, allá por los años 1600 a 1700 y algo. 

Yo nunca había transitado ese trayecto y desde hacía mucho tiempo me preguntaba cómo sería cruzar esas montañas hasta salir al mar. Pero eso sí, se me había metido la idea "camotera" de hacer la ruta a pata. Lo que pasa es que era una zona totalmente desconocida para mí.

Pero vea usted, siempre que uno tiene un sueño, -y más si está para uno- de alguna manera la vida le ofrece una que otra pista y facilidad. Allí mismo se ofrecieron a viajar conmigo tres de los cuatro hablantines. Además, uno de ellos, Carlos Cruz, me dijo que conocía la zona. Así que en esa mesa quedó cocinado el plato: Iríamos a pie por el Camino de las Mulas. ¡Vea usted mi poder de convencimiento de roco!

Se acabaron los quince minutos del café, volvimos a las labores. 

El martes 31 de octubre del 2017 fue mi último día de trabajo; y el viernes 8 de diciembre íbamos el compañero Carlos Cruz y este servidor directo a comernos al Camino de las Mulas. Como ven, de aquella mesa solo quedamos dos caminantes. Así que retiro lo dicho acerca de mi poder de convencimiento de roco.

En San José nos encontramos Carlos y yo por ahí de las 7 de la mañana en la parada de buses que van hacia San Ignacio de Acosta, adonde llegamos como a las 9:00 a.m. Bajando del bus, ligerito pasamos al mercado a desayunar.

Luego, mientras esperábamos  otro bus que nos llevaría desde San Ignacio hasta Sabanillas, hicimos una pequeña visita al altar del templo católico, no por devotos rezadores sino por curiosos mirones pues queríamos observar las buenas chapas de oro que tiene el mencionado altar.

Como a las 11, creo, llegó el bus que nos llevó hasta Sabanillas de Acosta, llamada por otros como Sabanillas de Pirris.

A partir de ahí deberíamos caminar una distancia de aproximadamente 38 kilómetros, que dividimos en tres jornadas de 10 kilómetros diarios más o menos. Así que ese día empezamos a caminar al filo de la una de la tarde, desde Sabanillas hasta Caspirolas donde llegamos un par de horas después.



Ruta que seguimos desde Sabanillas de Acosta, hasta Parrita.


En Sabanillas de Acosta justo
antes de comenzar la caminata. 
A la izquierda el hijo de mi mama,
 a la derecha Carlos.
Al fondo, el bus que nos trajo
desde San Ignacio de Acosta.

El camino es tranquilo, de buen y reciente lastre o grava, más transitado por una que otra moto que por carros, de los cuales solo vimos dos en todo el trayecto. Es una ruta ligeramente descendiente en la que se enfrentan, por demás, muy pocas cuestas.


Una admiradora me dijo
que aquí me parecía
a Indiana Jones. ¿Será?

Antes de llegar a Caspirolas
se nos vino un aguacero
que nos obligó a "encaparnos". 

Al llegar a Caspirolas fuimos directo al negocio El Bambú, mejor conocido como Donde Alba.  Es un restaurante delicioso, cordialmente atendido por Alba, una mujer que se esmera en cocinar sabroso.

Birras no podían faltar. Y allí mismo Donde Alba uno se puede quedar a dormir muy cerquita del bar. ¿Qué más pueden pedir dos hombres que han caminado 10 kilómetros?

En la noche hubo conversación obligada con algunos vecinos. Mi amigo y compañero Carlos es un excelente conversador; y efectivamente conoce la zona y las gentes de por ahí lo conocen a él.

Luego a dormir más o menos tempranito. Al día siguiente vendría la segunda jornada.

______________

NOTAS:
Como todo en la Historia, hay variantes relacionadas con el trazado del Camino de las Mulas. Como dije antes, hubo varios caminos.  Guardando las proporciones, es como si preguntáramos hoy cuál es el camino por el que el país saca a exportación la piña. Hay varios. Igual con el Camino de las Mulas. Abajo le dejo dos enlaces por si quiere saber más al respecto de esta histórica vía.


http://www.primeraplana.or.cr/es/Historico/PRIMER_CAMINO_DE_MULAS/


https://micostaricadeantano.com/2018/10/26/el-camino-de-mulas/




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