El héroe olvidado. PARTE 2.

El 16 de marzo de 1856 una avanzada de cerca de 300 hombres del ejercito filibustero de William Walker invade Costa Rica. Pasan por el actual Puerto Soley, en La Cruz, Guanacaste, y aniquilan una pequeña guarnición de soldados. 

Luego, entre el 17 y el 18 atacan y destruyen bienes en Sapoá y otros lugares.

El 19 se instalan en la Hacienda Santa Rosa.   

Ya desde el 17 de marzo, los militares costarricenses tuvieron noticia de la invasión de las fuerzas filibusteras por lo que el Estado envió tropas para enfrentarlos. 

Los soldados costarricenses sorprenden a los invasores el 20 de marzo y los vencen por completo, sellando una contundente victoria en la recordada batalla de Santa Rosa, en Guanacaste. 

Casi un mes después, una parte del Ejército Expedicionario de Costa Rica está presente en Sardinal de Sarapiquí. El 10 de abril consigue abortar un intento de los filibusteros de invadir Heredia, San José y Alajuela.

Otra parte del Ejército Expedicionario está en Rivas, Nicaragua. Los comanda el presidente Juan Mora Porras quien se ha trasladado con los soldados al vecino país. Muchos nicaragüenses que repudiaban a Walker se unen al ejercito tico.

William Walker al saber que el ejército costarricense y el presidente Mora están en Rivas, se traslada rápidamente a esa ciudad y el 11 de abril los ataca por sorpresa. 

A diferencia de Santa Rosa, y de Sardinal el día anterior, la batalla de Rivas es sumamente difícil y sangrienta. Se extiende durante todo ese largo día y buena parte de la noche del 11 de abril de 1856.

Quienes saben de milicias y estrategias de combate aseguran que el ejército costarricense cometió varios errores y por tal motivo murieron más de 200 soldados ticos. Pero a pesar de los errores, William Walker ve frustrado su empeño de capturar al presidente Mora y de aniquilar totalmente a los soldados costarricenses. Además, no contó con la osadía de Juan Santamaría que consigue quemar el Mesón de Guerra que era un caserón de adobes con techo de cañas y tejas donde se refugiaban varios filibusteros. 

Aprovechando la oscuridad de la noche de aquel 11 de abril, Walker se retiró vencido de Rivas. En venganza, mandó arrojar cadáveres en los pozos de agua de la destruida ciudad. 

Desconociendo este horrible hecho, los soldados ticos posteriormente bebieron de esas aguas contaminándose con el virus del cólera morbus. 

A los pocos días los costarricenses ya infectados de esa mortal enfermedad tienen que abandonar Rivas y regresar a Costa Rica. Sin saberlo, traen consigo el virus que se extiende en epidemia por casi todo el país, matando a más de 10 mil costarricenses. Es decir, aniquilando al 10% de la población de ese entonces.

En contraste, un año después de que la COVID-19 llegara al país en el 2020, la cantidad de personas fallecidas era de 2900. Es decir, el 0,05% de la población actual de Costa Rica ha muerto a causa de esta enfermedad.

Algunos historiadores opinan que desde este punto de vista, el verdadero y brutal vencedor de Rivas fue William Walker. De hecho, ninguna nación de Centroamérica sufrió tanto como Costa Rica las consecuencias de esa batalla.

En diciembre de ese mismo año de 1856, Costa Rica se encuentra diezmada. Sabe que la única manera de acabar con Walker consiste en mandar un contingente de soldados que corte el canal por el que Walker recibe armas, soldados y alimentos. Ese canal llamado la Ruta o Vía del Tránsito era el río San Juan de Nicaragua y el gran lago del país del norte. 

Río San Juan, parte de la antigua Vía del Tránsito.

Hito histórico que recuerda el lugar donde ocurrió la
Batalla de La Trinidad de Sarapiquí.


Y es aquí en la Vía del Tránsito donde encontramos a nuestro héroe olvidado, Joaquín Nicolás Aguilar Murillo.

Nicolás Aguilar Murillo.
Imagen tomada de El Combate de La Trinidad
y la acción heroica de Nicolás Aguilar Murillo/
recopilado por el Museo Histórico Cultural
Juan Santamaría, 1999. 1 a. edición.


El presbítero Rafael Brenes conoció personalmente al sargento Nicolás Aguilar, pues acompañó en calidad de capellán al contingente de 200 soldados que viajaron desde San José hasta La Trinidad de Sarapiquí con la misión de apoderarse de la Vía del Tránsito y así cortar el cordón umbilical para evitar que Walker continuara recibiendo pertrechos de guerra, como dijimos anteriormente.

Ruta aproximada de la Vía del Tránsito que usaba Walker.
También era usada, con algunas modificaciones,
por los vapores que transportaban
pasajeros rumbo a California.

Cuenta el padre Brenes que el 3 de diciembre salió este ejercito de 200 soldados de San José con dirección a "Alajuela, Grecia, Laguna , Mancos, Peje y San Carlos".

Posteriormente, debían embarcarse en botes con el fin de navegar el río San Carlos que desemboca en el San Juan. Al llegar, se toparon con la sorpresa de que los botes eran "garrotes labrados a golpe de hacha y machete y una balsas improvisadas". Muchos de estos soldados eran agricultores como el mismo Nicolás Aguilar Murillo. Por lo tanto, no sabían navegar ni remar. Tuvieron que aprender ahí mismo. El padre Brenes agrega: "En la navegación del San Carlos tuvimos muchas penalidades, pero jamás conocimos el miedo". 

Continuaron navegando hasta que el 21 de diciembre desembocaron en el majestuoso río San Juan y se ocultaron en el estero Copalchí, cerca de La Trinidad. 

El P. Brenes recuerda:

"Ahí pasamos la noche del 21, bajo una lluvia que caía a torrentes hasta que Dios envió la luz. -¡Qué noche!- Hambrientos, empapados y casi desnudos, nadie llevaba segundo vestido ni calzado: los víveres agotados é inutilizada la mayor parte del parque (Se refiere a las armas) ... "¡Triste situación!"

Al amanecer del día siguiente, el 22 de diciembre, se internaron en la montaña para encender unas fogatas que les permitiera secar las armas y la ropa. Ahí supieron que el enemigo estaba a poco más de un kilómetro. Entonces armaron un plan de ataque y como a las diez de la mañana avanzaron ocultándose por la misma montaña. 

"Los fangos y las malezas de la montaña hicieron muy trabajosa la marcha. Cuando hubimos llegado cerca del campo enemigo se formaron tres columnas.

Averiguado por el Mayor Blanco que los filibusteros estaban distraídos alrededor de una mesa... Se rompió el fuego con tanto denuedo por parte de nuestra gente...  que no  quedó a los filibusteros más recurso que el frente del San Juan, pues aunque tenía la artillería... el Sargento Joaquín Aguilar (De Heredia) atrevido como un león, se apoderó de ella en los primeros momentos del ataque."


Este acto de Joaquín Nicolás Aguilar Murillo determinó la victoria, pues se metió en la trinchera donde estaba la artillería, mató a bayonetazos al enemigo y usó la artillería contra los filibusteros.

En pocos minutos los soldados costarricenses tomaron posesión de La Trinidad. De sesenta filibusteros se salvaron únicamente seis. Por su parte, los costarricenses no tuvieron pérdidas humanas. Además, se apoderaron de las embarcaciones de los filibusteros y se trasladaron en ellas ese mismo día hasta el puerto de Greytown (San Juan Norte) con el fin de tomar también los vapores que tenía el enemigo en ese puerto. 

"A la sombra de la noche pudimos llegar sin ser observados a la bahía y al amanecer el 23 de diciembre, era dueño el Mayor Blanco del referido puerto, de cuatro vapores que ahí estaban surtos en poder el enemigo y desde Punta de Castilla hasta La Trinidad".



Un vídeo corto desde La Trinidad de Sarapiquí.

En el momento en que Costa Rica se apodera y controla la Vía del Tránsito, Walker queda encerrado en Granada, sin armas, sin alimentos y sin soldados de refuerzo. Así pierde la guerra.

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Estuve en La Trinidad de Sarapiquí un par de días donde rendí un sencillo y personal homenaje a nuestro olvidado héroe.

Desembocadura del Sarapiquí en el río San Juan.


Esta desembocadura del Sarapiquí hace que uno se pregunte por qué ocurrió la guerra de 1856.

Para entender esto, conviene recordar en breves pinceladas cómo era el mundo de entonces y cómo era la Costa Rica que conoció el sargento Nicolás Aguilar Murillo. 
  • Por aquellos años, España y Portugal habían pasado a un tercer lugar.

  • Debido al invento de la máquina a vapor, Inglaterra se había convertido en la nueva dueña del mundo. 

  • Con la máquina o motor a vapor vino la Revolución Industrial. De pronto, Inglaterra tenía telares mecánicos que producían grandes cantidades de textiles que era necesario exportar. Aparecieron entonces los barcos y los trenes movidos a vapor.

  • Pero de nada sirve tener telares y enviar los cortes ingleses en barcos y trenes si nadie compra o consume esas mercancías. Aquel naciente capitalismo requería -igual que ahora- del paquete completo para funcionar. Así que Inglaterra empieza a invadir países pues le urgen materias primas y consumidores como diría un neoliberal actual. El capitalismo comienza a extenderse aceleradamente por el mundo.

  • Mientras tanto, en esta otra parte del planeta, Costa Rica se había convertido desde 1816 en el primer país centroamericano en sembrar y producir café. El primero de los cafetales estuvo 100 metros al norte de la actual Catedral Metropolitana. 

  • Cuando sucede la independencia en 1821, los caficultores costarricense cuentan con 17 mil cafetos en producción.

  • En pocas décadas, el café de Costa Rica es degustado en Inglaterra. Por su parte, Inglaterra comercia con Costa Rica telas, medias para mujer, máquinas de moler maíz, herramientas  y otros enseres.

  • En ese tiempo no existía el muelle de Limón. Por lo tanto, Costa Rica necesitaba urgentemente construir un camino hacia el Caribe que le permitiera embarcar rápidamente el café hacia Inglaterra. Una posibilidad era establecer un camino que saliendo de San José pasara por Heredia, Alajuela, el Paso del Desengaño. Luego, navegar por el río San Carlos, o en su defecto por el Sarapiquí, para desembocar en el río San Juan de Nicaragua, llegar al puerto de Greytown, en la costa caribe de Nicaragua, y de ahí a Inglaterra. Sin embargo, nuestros abuelos encontraron tal empresa sumamente difícil debido a las profundas selvas que entonces había en la zona norte.

    Aún en pleno siglo XXI los caminos
    en la zona de la desembocadura el Sarapiquí
    son difíciles.

    Karla en la tristemente célebre trocha fronteriza.


  • La opción que se tenía más a mano consistía en sacar el café por Puntarenas. Pero los barcos tenían que navegar hacia el sur del continente, bordear el Cabo de Hornos, en el sur de Chile, alcanzar el Atlántico y enrumbar hacia Inglaterra. En ese tiempo no existía el Canal de Panamá. Por eso, el sueño de un camino por Sarapiquí y por el río San Juan era de suma importancia.

  • El café trajo riqueza a nuestro país. Los dueños de los más grandes cafetales poseían suficiente dinero para gastar en ciertos lujos y caprichos. Comienza una cierta separación de clases sociales. 

  • El Banco Anglo (Banco Inglés) inicia operaciones en el país.

  • En Europa circulan las ideas de la Ilustración y el contradictorio mito de la Revolución Francesa: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Según prometían ambos mitos, seríamos más felices cuando la educación nos permitiera entender el universo y pudiéramos dominarlo mediante la ciencia y la técnica. En consecuencia, nuestros abuelos hacen esfuerzos por financiar la educación pública. Los más pudientes envían sus hijos a estudiar a Europa.

  • En ese mundo del siglo XIX, el hombre blanco y occidental pensaba que él era el único civilizado. Los demás pueblos eran totalmente salvajes y atrasados, que podían ser invadidos, explotados y doblegados para extraerles materias primas y para venderles productos elaborados con aquellas materias primas. Es decir, la Igualdad, la Libertad y la Fraternidad no eran para todos. 

  • Lo europeo, sobretodo lo afrancesado, era sinónimo de elegancia y civilización. Por eso, la élite cafetalera trata de imitar lo francés. Se importan modas de Europa. A finales de ese siglo XIX se construye el Teatro Nacional inspirado en patrones europeos. La bandera de Costa Rica se termina pareciendo a la de Francia, y el empresario cafetalero francés Amón Fasileau-Duplantier influye para que se construya un barrio destinado a la clase pudiente que luego se llamó Barrio Amón.  (Aquí puede usted preguntarse por qué se enseña el idioma francés en nuestros colegios y escuelas).

  • Cuando Nicolás Aguilar vive, los Estados Unidos no son una potencia mundial, pero vienen levantándose con fuerza. Los estados del norte progresan rápidamente. En cambio, los estados del sur son esclavistas y se van quedando rezagados. Principalmente, son estos estados protestantes del sur los que crean un nuevo mito llamado el Destino Manifiesto. Según este mito, los Estados Unidos eran una especie de nuevo Israel destinados por Dios a la misión de civilizar el mundo (y apropiarse de él).

  • Los Estados Unidos empiezan a competir con Inglaterra por los mercados de Asia. Por eso, necesitan transportar rápido los productos que se fabricaban en Boston, Filadelfia y en Nueva York. Pero, en ese tiempo no era nada fácil llevar los productos desde la costa este a la costa oeste de Estados Unidos, para exportarlos a Asia. Ahí es donde comienzan a mirar la posibilidad de encontrar una ruta por Centroamérica y ven que es relativamente fácil hacerlo por Nicaragua. (Todavía no pensaban en Panamá).

  • Empujados por el mito del Destino Manifiesto, los esclavistas del sur de los Estados Unidos deciden invadir México. Se apoderan de más de la mitad de ese país y se quedan con Tejas, Nuevo México, Utah, Arizona y California.

  • Encuentran oro en California y de pronto miles de aventureros quieren llegar a ese destino. Eran viajes de hasta seis meses o más llenos de peligros y de territorios indígenas hostiles al hombre blanco. 

  • En cambio, un viaje en barco por la Vía del Tránsito era de solo seis semanas.



  • También Costa Rica necesita de esa Ruta o Vía porque espera sacar por ahí el café, en vez de llevarlo por el Cabo de Hornos. Ahora la Vía del Tránsito era geopolíticamente muy atractiva.

  • Un corto vídeo desde la desembocadura del Sarapiquí.

  • Inglaterra le vende a Costa Rica 1500 rifles de última tecnología. Hay quien opina que Costa Rica se estaba preparando para una guerra con Nicaragua a fin de quitarle el río San Juan.  

  • Más adelante, estos rifles sorprendieron a los filibusteros que no esperaban que el ejercito costarricense los tuviera.

  • En ese contexto aparece Willian Walker, fiel creyente en el mito del Destino Manifiesto, quien se ve a sí mismo como un mesías enviado por Dios para anexar México y Centroamérica a los estados esclavistas del sur. Su obsesión era crear un imperio que incluyera: territorios nuevos para los estados esclavistas del sur, control absoluto sobre la Ruta o Vía del Tránsito y mano de obra regalada mediante la esclavitud.

  •  Obviamente, la clase cafetalera costarricense percibe de inmediato el peligro que todo esto representa para sus intereses y para su nuevo estilo de vida. 

  • De manera general, estos fueron los hilos que nos llevaron a la Guerra de 1856.

Viajando de La Trinidad a Puerto Viejo de Sarapiquí.


Cumplida mi promesa de honrar la memoria de Nicolás Aguilar Murillo, en La Trinidad de Sarapiquí, llegué a Puerto Viejo y regresé en bus a Heredia al día siguiente. 

Recorrido aproximado de 40 kilómetros entre
La Trinidad y Puerto Viejo de Sarapiquí.

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Obras consultadas:

La Ribera Derecha del Río San Juan. Una parte casi desconocida de Costa Rica. Alexander von Frantzius. 1 a. ed. --Alajuela. Museo Histórico Cultural Juan Santamaría. 1999.

Viajeros por el Sarapiquí: 1853-1859 / Wilhelm Marr... (et al.) 1 a. ed. --Alajuela. Museo Histórico Cultural Juan Santamaría. 1999.

El combate de la Trinidad y la acción heroica de Nicolás Aguilar Murillo/ recopilado por el  Museo Histórico Cultural Juan Santamaría. 1 a. ed. --Alajuela. Museo Histórico Cultural Juan Santamaría. 1999.

La Guerra Nacional contra los filibusteros en 1856-1857, conversaciones con el doctor Alejandro Bolaños Geyer-- Alajuela. Museo Histórico Cultural Juan Santamaría. 2000.


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