DE TARBACA A PUNTARENAS en bicicleta. Día 2

Jamás imaginé que el viaje en bicicleta desde Santiago de Puriscal hasta Orotina sería como sucedió, pues dejé la ciudad de Puriscal bajo una espesa neblina; y solo 5 kilómetros después me vi en Barbacoas bajo fulgurante sol para recibir, además, mi primera sorpresa.

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Aquí lo que ocurrió el día anterior durante el viaje en bicicleta entre Tarbaca y Puriscal.
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En Barbacoas encontré algunas personas afuera de la iglesia, pues era domingo y asistían a misa. Pregunté a un par de feligreses por el estado del camino hasta Orotina. Con gran amabilidad me dieron razón, y de paso y casi con insistencia me invitaron a conocer el templo. Dejé a Karla, mi bicicleta, e ingresé al lugar.

Valió la pena hacer caso y comprender el porqué de la seguridad con la que querían mostrarme su pequeña y linda joya.

El templo de Barbacoas sorprende gratamente. A mi modo de ver, por fuera luce como una iglesia corriente. Pero por dentro la cosa cambia. No creo que hoy en día existan los maestros carpinteros ni las maderas para construir algo semejante. Quizá me atrevería a apostar que en estos tiempos neoliberales difícilmente se encontrará en una comunidad rural la capacidad económica y la voluntad de las gentes para financiar una construcción de ese nivel.





Sorprendido por el hallazgo de tan bonito lugar, me despedí y continué el viaje hacia Grifo Alto, siguiendo siempre la ruta 137. Este nombre, Grifo Alto, me indujo a pensar que tendría que trepar varias cuestas. ¡Pero ahí vino la segunda sorpresa: la mayor parte del trayecto se da en bajada!

Si visita la zona, no deje de tomarse el tiempo para apreciar los lindos paisajes que ofrece
el camino entre Santiago de Puriscal y Orotina.




La llamada "calle 27" y sus derrumbes se pueden apreciar desde lejos, luego de pasar Grifo Alto y Poró.

Karla en Grifo Alto.


Después de Grifo Alto sentí que viajaba en moto, pues casi ni tenía que pedalear ni subir grandes pendientes. Así pasé al lado de San Pablo de Turrubares y del cerro San Luis.


El cerro San Luis.

Más adelante vino la tercera sorpresa de parecerme si como con Karla viajara sobre la superficie rocosa y rojiza de Marte. Consultado el mapa resultó ser el tajo Zulai, aquí mismo en el planeta Tierra.



Hasta llegar a San Juan de Mata, a orillas del rio Tárcoles, la velocidad era de unos 30 a 40 kilómetros por hora. En una bici plegable de ciudad, aro 20 y cargada de alforjas, esto es volar.


Pasado el puente, apareció una venta de frutas. Paré. Dos pipas bien frías sucumbieron ahí mismo, pues sabía que de inmediato tendría que enfrentarme a una cuesta bastante pronunciada. La subí a pie, pero una vez sorteada poco después me vi en Orotina donde me quedé a descansar de esta bonita jornada de 42 kilómetros desde Puriscal.


Ruta seguida entre Santiago de Puriscal y Orotina.







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