SEGUNDA ETAPA de un viaje en bicicleta desde Heredia hasta La Cruz, en Guanacaste.
La segunda etapa de mi viaje en cleta desde Heredia hasta La Cruz, en Guanacaste, la inicié el martes 8 de febrero del 2022.
Ese día recorrí un total de 59 kilómetros desde Río Cuarto de Grecia hasta Santa Rosa de Pocosol.
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Un momento.
¿No sabe usted qué pasó en la PRIMERA ETAPA desde Heredia hasta Río Cuarto?_____________________________
Al fondo el volcán Viejo.
A las 5: 30 de la mañana inicié la pedaleada buscando hacia Santa Rosa.
Muy poco después tuve que bajarme un par de veces de la bici para acomodar una alforja delantera que pegaba un poco contra los radios de la rueda y producía un ruido.
A las 6 a. m. desayuné en una soda en Venecia de San Carlos.
Ahí continué por la ruta 140 que está bastante bien pavimentada aunque sin el espaldón suficiente para poder orillarme cuando se acercaban los furgones.
Remonté la loma Buenos Aires y poco después el velocímetro me señaló que había alcanzado el kilómetro 73 desde mi casa. Muy cerca de allí tomé el desvío hacia Los Chiles de San Carlos, que en los mapas se indica como vía 250, para tomar después la 751.
El hasta entonces buen pavimento de esta ruta se perdió luego de pasar al lado de la loma Vuelta de Kooper.
Con el ánimo de hacerme una limonada y de cena unos chicharrones veganos, de camino pregunté en tres negocios si vendían limones. En todos me dijeron que no tenían porque estaban escasos. ¡Y yo que siempre creí aquello que me decían: de que en las tierras de San Carlos aunque uno siembre piedras algo cosecha! Pero bueno, ahora parece que ya no es tanto así. Sin embargo, en un negocio la explicación que me dieron era que los piedreros se roban los limones para venderlos a fin de mantener el vicio.
Resignado y sin mis limones seguí avanzando.
Por ahí de las 8: 40 a. m. me detuve un rato a identificar unos cerros que veía hacia el sur. Según el mapa resultaron ser los veteranos volcán Platanar y el volcán Viejo que muestro en las siguientes fotos.
En Pitalito, y luego de la hacienda Altamira, me encontré a la orilla del camino varias plantas dormilonas, algunas bastante grandes. Me bajé e hice lo que de niño: tocarlas para que se cerraran un rato.
Pero más grandes que las dormilonas son las rocas que me encontré tiradas por ahí en algunos terrenos. Se trata de piedras arrastradas por antiguos ríos hoy reducidos a simples riachuelos.
.Unos kilómetros adelante me regocijé al ver a lo lejos el cono del volcán Arenal. Aunque estaba parcialmente nublado, la sola presencia de ese majestuoso me hizo sentir en tierras sancarleñas.
Ese día avancé algo despacio debido a las condiciones del camino y a las constantes sorpresas que me deparaba la zona.
A las 12: 30 del mediodía salí a Boca Arenal y almorcé en una soda donde fui confesado por la muchacha que me atendió, más o menos así:
— ¿De dónde viene, señor, adónde va, por qué anda en bicicleta, cuánto le costó...
Luego de la confesión seguí hacia Santa Rosa de Pocosol. Dichosamente, aquí la ruta 35 sí cuenta en bastantes trechos con el suficiente espaldón a ambos lados de la carretera. Esto me alivió bastante porque en los meses de verano circulan por ahí muchos furgones sacando las zafras y cosechas.
Unos kilómetros antes de alcanzar Santa Rosa, el pedal izquierdo empezó a trabarse, tanto que a veces me obligaba a bajarme y empujar la bici. Lamentablemente, no había traído conmigo dos herramientas necesarias para reparar yo mismo el pedal.
A las 2 de la tarde y con el velocímetro indicando 119 km. recorridos, llegué a esa pequeña ciudad donde encontré un taller que ahí mismo y sin mucha dilación repararon el problema.
Ya ubicado en Santa Rosa busqué dónde pasar el resto de la tarde y la noche.
En LA TERCERA ETAPA de este viaje hasta La Cruz le contaré qué pasó en la ruta entre Santa Rosa de Pocosol y Los Chiles.
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OTRAS FOTOS DEL CAMINO:
Cercas vivas.
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