VOLVIENDO A GUANACASTE EN CLETA. DÍA 3
Por alguna extraña razón los perros odian las bicicletas y sobre todo a quienes nos subimos en ellas. Así me lo hizo saber el zaguate de una soda a la que me acerqué a desayunar luego de descender del ferry o transbordador a playa Naranjo.
Los colmillos del animal se escondieron solo cuando el dueño del local silbó y le mandó guardar respeto. Aún así, cuando terminé mi desayuno y me levanté para cancelar la cuenta, por poco me muerde otra vez.
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Por lo demás, aquel 14 de diciembre del 2022 -el tercero de mi gira a Guanacaste en bicicleta- transcurrió tranquilo como lo había programado.
- Levantarme de madrugada.
- Todavía oscuro, pedalear a lo largo del Paseo de los Turistas hasta el faro en la punta de Puntarenas.
- Comprar el boleto del ferry a Playa Naranjo.
- Abordar el ferry de las seis de la mañana y cruzar el golfo de Nicoya.
- Desayunar en una soda en playa Naranjo. (Sin el ataque del perro, por supuesto).
- Y de ahí salir hacia Lepanto y Jicaral de Puntarenas, para ingresar a Guanacaste por San Pablo de Nandayure.
Apunta:
Hecha la visita a tan emblemático lugar, me trasladé a San Pablo de Nandayure donde descansé a fin de prepararme para la travesía de algo más de 52 kilómetros, durante la cuarta jornada del siguiente día.
En ferry de Puntarenas a Playa Naranjo.
En cleta de Playa Naranjo a San Pablo de Nandayure, Guanacaste.
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